Grandes multitudes se manifiestan en Buford Highway en apoyo a los in migrantes, mientras otros planean deportactiones
Cientos se reunieron el sábado para protestar contra las políticas antimigrantes de la administración Trump y los recientes arrestos de ICE. Cerca de allí, otros se reunieron con abogados para revisar sus opciones.

Etna Melgarejo se encontraba en la grama a lo largo de la acera en Buford Highway el sábado, sosteniendo un cartel que decía “Lucha contra la ignorancia, no contra los inmigrantes.” La madre de 56 años, originaria de México, ha vivido en Georgia por más de 30 años. Se unió a cientos de personas que se habían congregado en la intersección de Clairmont Road y Buford Highway para condenar los arrestos de ICE que comenzaron solo unos días después de que Donald Trump regresara al cargo, y para mostrar su apoyo a los inmigrantes.
Poco antes de la manifestación, dijo, habló con un familiar que está indocumentado. La persona ya estaba organizando un plan en caso de que los deportaran: empacando la ropa de la familia y organizando los papeles de la casa. Dijo que todavía estaban tratando de averiguar si sus hijos adultos nacidos en EE. UU. se quedarían en el país o se irían con ellos.
“Es todo muy triste, para ser honesta”, dijo en español.
A lo largo de la tarde, los manifestantes ondearon banderas de México, El Salvador, Colombia, Ecuador, Venezuela y Estados Unidos mientras cantaban consignas como “¡Sí se puede!” y “Trump, escucha, estamos en la lucha.” Los vehículos que pasaban tocaban sus bocinas, ondeaban banderas y ponían música de mariachi a todo volumen. A medida que más personas se unían, los manifestantes momentáneamente bloquearon la carretera, mientras que la policía de Chamblee y miembros de la Patrulla Estatal de Georgia intentaban redirigir la manifestación pacífica de nuevo hacia la acera.
Aunque la mayoría de las personas en la manifestación eran de países latinoamericanos, también se unieron estadounidenses blancos para mostrar solidaridad. Sasha, de 37 años, originaria de Colorado pero residente en Georgia desde hace una década, asistió por su sobrino de seis años, que tiene un padre mexicano. “No quiero que él crezca en un lugar que piense que él es menos solo por el color de su piel o el idioma que habla”, dijo, con la voz quebrada. “Él debería poder ser grande y sentirse tan parte de este país como cualquier otra persona.”
La manifestación fue la respuesta más visible de Atlanta a los recientes arrestos de ICE y la cascada de políticas antimigrantes provenientes de la Casa Blanca en las últimas dos semanas. En Georgia, donde los hispanos y latinos representan aproximadamente el 11 por ciento de la población, con más de un millón de residentes, miembros de las comunidades inmigrantes y refugiadas en el área de Atlanta han reportado un efecto paralizante—con negocios locales viendo menos clientes y los maestros de las escuelas notando una disminución en la asistencia.
Escuche la manifestación en este audio:
Otros están tomando medidas hablando con expertos y abogados, preparándose e informándose sobre qué documentos necesitan organizar, con quién deben hablar si los deportan.
La hija de Etna, Jessica Devins, de 30 años, tiene amigos indocumentados que trabajan en todo tipo de industrias: limpieza de casas, construcción, bienes raíces, cuidado de personas, y servicios de comida. Muchos de ellos están preocupados por la reciente ola de arrestos entre las comunidades inmigrantes, dijo, pero aún tienen que presentarse a sus trabajos y continuar con sus vidas a pesar del miedo.
“Me siento muy triste por lo que está pasando en nuestra comunidad, especialmente sabiendo que este país tiene tantas cosas buenas que ofrecer, pero se les están quitando a personas que lo merecen y lo necesitan.”

Preparándose para la logística de la deportación
A tres millas de Buford Highway, alrededor de 50 personas se reunieron en el salón comunitario del Ejército de Salvación en Doraville. Organizado por el medio de comunicación local en español Prensa Atlanta y Amigos de la Comunidad Georgia, un grupo que apoya a las familias en el corredor de Buford Highway, la reunión fue una oportunidad para que los residentes preocupados pudieran hacer preguntas a abogados y expertos en inmigración.
“Sé que hay mucho miedo, sé que hay mucha ansiedad”, dijo Pia Candotti, una abogada especializada en planificación patrimonial y leyes de inmigración basadas en la familia, en español. Los asistentes se sentaron alrededor de mesas llenas de volantes de bufetes de abogados y tarjetas rojas de “conoce tus derechos”, mientras Pia les instaba a concentrarse en “lo que pueden hacer, lo que pueden controlar”.
Una de las principales preocupaciones: ¿qué pasa con sus hijos si son deportados? Pia había dicho que era importante obtener un documento de poder notarial, firmado frente a un notario, que permita a los hijos de una persona ser cuidados por otra durante un año o por algún otro período de tiempo determinado, pero los asistentes querían saber qué pasaba después de eso. “¿Qué pasa después de un año?” preguntó una mujer. Pia también instó a los miembros de la comunidad a pensar en quién podría hacerse cargo de sus casas y negocios si fueran deportados, y destacó la importancia de tener los documentos legales en orden.

La representante estatal Karen Lupton, quien representa partes de Chamblee, y una consejera del Distrito Escolar del Condado de DeKalb también se unieron a la reunión, ambas ofreciendo promesas de apoyo.
La consejera dijo que, si ICE llegara a alguna de las escuelas, “la administración, y solo la administración, va a tratar con ellos”. Suplicó a las familias que continuaran enviando a sus hijos a la escuela y que se aseguraran de que la información de contacto de emergencia estuviera actualizada, en caso de que los padres fueran deportados.
Pero la conversación ilustró las múltiples dificultades que tanto los padres como los administradores podrían enfrentar al tratar con posibles arrestos por parte de ICE. Otra persona, a través de las redes sociales, quería saber adónde deberían ir los niños si regresan de la escuela y encuentran a sus padres ausentes; la representante de DeKalb dijo que si un conductor de autobús intenta dejar a un niño y no hay padres para recogerlo, el niño será regresado a la escuela, donde los funcionarios se pondrán en contacto con su contacto de emergencia.
“Muchos padres están con ese temor de ir a recoger a los niños en las paradas,” dijo otra mujer.
A lo largo de tres horas, residentes locales, líderes comunitarios y expertos intercambiaron información y se prepararon para lo que podría venir, con la sensación de que la deportación era una inevitabilidad.
“Mi hijo tiene más de veintiún años. ¿Le puedo dejar la custodia total de los niños menores?” preguntó un hombre con un chaleco verde, gorro verde y zapatillas negras.
Un llamado a la empatía
Rafael García, de 54 años, un inmigrante documentado de México que ha vivido en Georgia desde 1988, también estuvo en la manifestación de Buford Highway para mostrar su apoyo. “Todo lo que está pasando, es triste,” el dijo. “Pero lo que veo aquí me hace feliz, que la gente está saliendo. Porque así como la gente sale a bailar, también deben estar presentes aquí.”
Dijo que tiene familia en Texas que tiene mucho miedo de ser deportada, por lo que decidió asistir a la manifestación en representación de ellos. Mientras hablaba sobre sus hermanos, sus ojos se pusieron rojos y llorosos, y sostuvo con fuerza una bandera mexicana que estaba ondeando.
“Si estamos unidos, no nos pueden hacer nada,” dijo. Alrededor de él, los coches tocaban las bocinas y la multitud rugió.
